jueves, 1 de diciembre de 2011

El callar y la palabra.

"El silencio está en íntima relación con el hablar y con la palabra.

Gran misterio es la palabra. Es tan efímera, que se extingue en un instante; es tan poderosa que marca destinos y decide el sentido de la existencia. La palabra proviene del interior del hombre. Como sonido procede del órgano de su cuerpo; como expresión, procede de su espíritu y de su corazón.

Tanto más perfectamente conozco la verdad, tanto mejor puedo expresarla, razón por la cual mi palabra llega a ser muy valiosa. En consecuencia, la verdad y también la autenticidad de la palabra dependen del hecho de que el hombre que habla sepa también callar a su debido tiempo.

La palabra es sustancial y eficaz, únicamente si proviene del silencio. Por cierto que vale para este último algo semejante, es decir, para que sea fructífero y tenga la virtud de ser efectivo, el silencio tiene que encontrar el modo de exteriorizarse por la palabra.

Así como el parloteo es la deformación del hablar, el mutismo es la deformación del silencio.

La palabra sitúa al hombre entre los hombres, en la comunidad y en la historia. Ella libera al hombre. El silencio y la palabra se corresponde recíprocamente, ya que uno presupone el otro. Hay que ejercitar el silencio también para hablar. El silencio abre la fuente interior de la cual proviene la palabra.

Del libro: Preparación para la Celebración de la Santa Misa
Por: Romano Guardini

El Silencio

"Hay que desear verdaderamente el silencio y no se debe escatimar ningún esfuerzo para conseguirlo, ya que es posible lograrlo. El silencio significa que también los pensamientos, los sentimientos y el corazón están tranquilos.

Hay que recogerse y serenarse: el silencio es plenitud y riqueza. El silencio es la tranquilidad de la vida interior; es presencia, sinceridad y disposición atesoradas; es disposición de alerta y plena.

Si alguien me pregunta con qué comienza la vida litúrgica, yo le respondo: con la vivencia del silencio".

Del libro: Preparación para la Celebración de la Santa Misa
Por: Romano Guardini

lunes, 28 de noviembre de 2011

Probando, 1,2,3.

Probando escribir con el iPad para el blog. Saludos!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Poema 15

"Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto". 

martes, 8 de noviembre de 2011

Del otro lado de la luna.

Cada vez que veas una luna y un cielo como el de esta noche, ten por seguro que yo también la estaré mirando, justamente tratando de encontrarte del otro lado de la luna.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Te Quiero

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.


Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

martes, 1 de noviembre de 2011

No se me importa un pito...

"No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando".

La liturgia

"La liturgia es actualización del misterio cristiano".

Del libro: Orar con Madurez
Por: Edouard Pousset et. al.

La oración es obra de Dios en nosotros

"La buena voluntad no basta para restablecer las cosas como se debe. Nadie ora solamente porque quiere orar, y las resoluciones tomadas no duran ni pueden durar: la oración es obra de Dios en nosotros".

Del libro: Orar con Madurez
Por: Edouard Pousset et. al.

La oración es movimiento de la fe.

"La oración es movimiento de la fe. El que conserva la fe ora, de un modo o de otro.

En la vida espiritual, como en la vida en general, nos convertimos, unos respecto a otros, en incógnitas difíciles de entender, cuando una misma fidelidad se manifiesta en conductas muy divergentes y hasta apoyadas en principios del todo opuestos.

Nadie ora apoyándose únicamente en la buena voluntad; hace falta que la oración sostenga y que el silencio nutra.

Si pues la vida se mete a oleadas por los sentidos, por la inteligencia y por el corazón, ¿de qué manera una existencia ardiente como llama se acomodará a un silencio, a un recogimiento y a una oración prolongada que se parece más bien a las cenizas?

Es la prisa por vivir su vida la que hace más difícil la oración.  De ese modo, 'el amor a la vida' hace más difícil la oración, y el servicio a los demás acaba por no dejarle sitio.

La oración no es actividad psicológica de reflexión, ni tampoco de introspección. La razón es que (el individuo) ya sabe darse cuenta de que los pensamientos que él forma en esa clase de meditación vienen más de él que de Dios, y que, en el diálogo interior que allí se entabla, él mismo formula las preguntas y da las respuestas. Ya necesita de otra cosa y será tiempo de escuchar, con un mínimo de reflexión activa, la Palabra de Dios, tal como le llega, por ejemplo, a través de la Sagrada Escritura.

La oración muy sencilla, muy despojada, sostenida por algunas palabras de la Escritura, y que se convierte en presencia silenciosa ante Dios, que se hace presente, es el camino por donde habría que ayudar (a los jóvenes) que están en peligro de 'dejar la oración'."

Del libro: Orar con Madurez
Por: Edouard Pousset, et. al.

lunes, 31 de octubre de 2011

Y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte.

"Jesús decía también al que lo había invitado: 'Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, porque ellos también te invitarán a su vez y recibirás de ellos lo mismo que diste. Al contrario, cuando ofrezcas un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos, a los ciegos y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte. Pero tu recompensa la recibirás en la resurrección de los justos'."

Lucas 14, 12-14

jueves, 20 de octubre de 2011

Tres motivos para Orar

"Pocas palabras bastan entonces a la oración para contemplar nuestra condición humana y vivirla en Jesucristo que la salva. Entonces se obrará una última unificación, aquella por la cual la oración y la vida ya no serán dos cosas.

La presencia y la acción del Espíritu Santo se reconocen por tres criterios.

El primer criterio es afectivo: la paz interior y la alegría.

El segundo criterio es más intelectual; san Juan nos lo indica: 'El que confiesa que Jesucristo es el Hijo de Dios, permanece en él y él en Dios' (1 Juan 4, 15).

El tercer criterio es ético: 'El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él' (1 Juan 3, 23).

La paz, lo hemos dicho, es el sentimiento íntimo de vivir uno en el orden de Dios, y la alegría es la irradiación de la paz en el alma, en la sensibilidad y aun en el cuerpo.

Haciendo lo que se quiere, poseyendo lo que se desea, se encuentra quizá una satisfacción momentánea que aparta la atención del vacío permanente que la creatura es por sí misma; pero no se encuentra ni la paz ni la alegría. Por otra parte, el que vive según el orden de Dios no encuentra la paz ni la alegría; sino que ha sido encontrado por Aquel que es nuestra paz.

Por esto la paz y la alegría no son satisfacciones. Justamente sacian porque hacen vivir de una manera en la que cada vez hay menos necesidades por satisfacer. Quien vive en la paz y en la alegría es igualmente contrariado por los acontecimientos e igualmente mortificado en sus deseos que aquel que, sin paz ni alegría, logra hacer algunas veces lo que quiere, y obtener lo que le place. Éste depende de las cosas y de sí mismo; aquel depende de Dios, que no falla jamás.

Pero no se llega a todo esto sino por Dios. Y Dios viene a él, algunas veces en lo próspero y otras veces en la adversidad".

Del libro: "Orar con madurez".
Por: Edouard Pousset, et. al.

domingo, 9 de octubre de 2011

Enseñar a los niños.

"Les enseñamos (a los niños) que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos...Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón".

Que gane el mañana.

"Salud y que, en las sumas y restas, gane el mañana".

Del tamaño de tu enemigo

" 'Elige un enemigo grande y esto te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño', me dijo el Viejo Antonio una tarde de mayo y lluvia, en esa hora en que reinan el tabaco y la palabra".

Para ti y para mi.

"Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú".

Revolución.

"Disculpen las molestias, esto es una revolución".

Hermanos en el corazón.

"Hermanos y hermanas de otras razas, de otro color, pero con el mismo corazón".

Un mundo para muchos mundos.

"Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos".

La Libertad

"La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla".

lunes, 15 de agosto de 2011

Coincidencias

No es coincidencia que recorras mis caminos, 
y mucho menos lo es que visite yo tus sueños.
Y en cada camino cruzar de frente, sin saberlo, 
con tu sueño en mi sueño.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Elegía Nocturna (fragmento)

"Quién nos hubiera dicho que todo acabaría
como acaba en la sombra la claridad del día...

Fuiste como la lluvia cayendo sobre un río,
para que fuera tuyo todo lo que era mío.

Fuiste como una lámpara que se encendió en mi vida.
Yo la soplé de pronto, pero siguió encendida".

Canción de la Lluvia (fragmento)

"Y, mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mi.
Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta su ternura de ayer."

martes, 9 de agosto de 2011

Tercer Poema de la Despedida

"Llamarada de ayer, ceniza ahora,
ya todo será en vano,
como fijar el tiempo en una hora
o retener el agua en una mano.

Ah, pobre amor tardío,
es tu sombra no más lo que regresa,
porque si el vaso se quedó vacío
nada importa que esté sobre la mesa.

Pero quizás mañana,
como este gran olvido es tan pequeño,
pensaré en ti, cerrando una ventana,
abriendo un libro o recordando un sueño...

Tu amor ya está en mi olvido,
pues, como un árbol en la primavera,
si florece después de haber caído,
no retoña después de ser hoguera.

Pero el alma vacía
se complace evocando horas felices,
porque el árbol da sombra todavía,
después que se han secado sus raíces.

Y una ternura nueva
me irá naciendo, como el pan del trigo:
Pensar en ti una tarde, cuando llueva,
o hacer un gesto que aprendí contigo.

Y un día indiferente,
ya en olvido total sobre mi vida,
recordaré tus ojos de repente,
viendo pasar a una desconocida..."

lunes, 8 de agosto de 2011

La Reina del Sur, fragmento (sobre las fotos).

"Nos hacemos fotos, no con objeto de recordar, sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas. Por eso hay fotos que aciertan y fotos que no. Imágenes que el tiempo pone en su lugar, atribuyendo a unas su auténtico significado, y negando otras que se apagan solas, igual que si los colores se borraran con el tiempo".

martes, 12 de julio de 2011

La Otra Copa del Brindis

Al principio ella fue una serena conflagración
un rostro que no fingía ni siquiera su belleza
unas manos que de a poco inventaban un lenguaje
una piel memorable y convicta
una mirada limpia sin traiciones
una voz que caldeaba la risa
unos labios nupciales
un brindis

es increíble pero a pesar de todo
él tuvo tiempo para decirse
qué sencillo y también
no importa que el futuro
sea una oscura maleza

la manera tan poco suntuaria
que escogieron sus mutuas tentaciones
fue un estupor alegre
sin culpa ni disculpa
él se sintió optimista
nutrido
renovado
tan lejos del sollozo y la nostalgia
tan cómodo en su sangre y en la de ella
tan vivo sobre el vértice de musgo
tan hallado en la espera
que después del amor salió a la noche
sin luna y no importaba
sin gente y no importaba
sin dios y no importaba
a desmontar la anécdota
a componer la euforia
a recoger su parte del botín

mas su mitad de amor
se negó a ser mitad
y de pronto él sintió
que sin ella sus brazos estaban tan vacíos
que sin ella sus ojos no tenían qué mirar
que sin ella su cuerpo de ningún modo era
la otra copa del brindis

y de nuevo se dijo
qué sencillo
pero ahora
lamentó que el futuro fuera oscura maleza

sólo entonces pensó en ella
eligiéndola
y sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó
como otras noches
a necesitarla.

domingo, 10 de julio de 2011

Donde fuego hubo...

Donde fuego hubo, cenizas quedan. No porque sean los restos; sino porque en sus adentros la ceniza también arde como el fuego más intenso, aunque guardando las modestas proporciones. No ilumina, pero es su braza la que quema.

Donde fuego hubo, cenizas quedan. Cuántas veces lo he escuchado. Cuántas veces y sin sentido. Siempre pensando en el fuego que se extingue, pensando en las cenizas como el despojo de lo que ardió, lo que alguna vez fue madera, aire, combustible y un cerillo. Desecho, basura... ceniza.

Donde fuego hubo, cenizas quedan. Porque ni el mismo fuego puede consumir la ceniza. Aún bajo la danza frenética de la propia flama, la ceniza descansa y arde y vuela: ese es el espíritu eterno de la ceniza después del fuego, volver a vivir y después volar.

Donde fuego hubo, cenizas quedan. La ceniza no es pasado, es presente. No simple recuerdo de que en ese lugar ardió fuego, sino de que la ceniza arde aún después del fuego: un instante después de la vida, no una fotografía de la vida que fue; historia después de la historia, nunca un poema de despedida.

jueves, 30 de junio de 2011

Charlas de Carretera

Recordando horas y horas de carretera, en las que platicaba con el retrovisor y los recuerdos no podían revasarme. Ese último viaje, sin saber que era el último.

En el fresco recuerdo.

En el fresco recuerdo, los días lluviosos me recuerdan a ti.

Reírse de la Vida.

Reírse de la Vida. Brindar con la Muerte.

lunes, 27 de junio de 2011

Elegia Lamentable

"Desde este mismo instante seremos dos extraños.
Por estos pocos días, quién sabe cuántos años...

Yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido
–uno de ésos que nadie confiesa haber leído.

Y así, mañana, al vernos en la calle, al acaso,
tú bajarás los ojos y apretarás el paso,

y yo, discretamente, me cambiaré de acera,
o encenderé un cigarro, como si no te viera".

Poema del Desencanto

"Y comenzamos juntos un viaje hacia la aurora,
como dos fugitivos de la misma condena.
Lo que ignoraba entonces no he de callarlo ahora:
       No valías la pena.

Ya llegaba el otoño, y ardía el mediodía.
Sentí sed. Vi tu copa. Pensé que estaba llena,
pero acerqué mis labios y la encontré vacía.
        No valías la pena.

Te di a guardar un sueño, pero tú lo perdiste,
o acaso abrí mis surcos en la llanura ajena.
Es triste, pero es cierto. Por ser tan cierto, es triste:
       No valías la pena.

Fuiste el amor furtivo que va de lecho en lecho,
y el eslabón amable que es más que una cadena.
Pero hoy puedo decirte, sin rencor ni despecho:
        No valías la pena.

Me queda el desencanto del que enturbió una fuente,
o acaso el desaliento del que sembró en la arena.
Pero yo no te culpo. Te digo, simplemente:
        No valías la pena".

Poema de la Culpa

"Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besados sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y sin embargo,
mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Era de otro. Era de otro, que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor. Pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor... ¡Ni yo tampoco!

La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella,
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Toda la culpa es tuya, pues me hiciste cobarde
para matar un sueño porque llegaba tarde".

domingo, 26 de junio de 2011

Elegía para Ti y para Mí

"Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y uizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusionesy los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo".

Poema para el Crepúsculo

"Todo empieza a morir cuando nace el olvido.
Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido...

y aunque decimos: 'Todo se olvida, todo pasa...'
en la ceniza, a veces, nos sorprende una braza.

Tu amor, cuando era mío, no me pertenecía.
Hoy, aunque vas con otro, quizá eres más mía.

Tu amor es como el viento que cruza de repente:
Ni se ve ni se toca, pero existe y se siente.

Tu amor me negó siempre lo poco que pedí,
y hoy me da esta alegría de estar triste por ti.

Y, aunque creí olvidarte, pienso en ti todavía,
cuando, aun sin ser de noche, dejó de ser de día".

Canción para la Esposa Ajena

"Tal vez guardes mis libros en alguna gaveta,
sin que nadie descubra cuál relata tu historia,
pues serán, simplemente, los versos de un poeta,
tras de arrancar la página de la dedicatoria...

Y pasarán los años... Pero acaso algún día,
o acaso alguna noche que estés sola en tu lecho,
abrirás la gaveta –como una rebeldía,
y leeras mi libro– tal vez como un despecho.

Y brotará el perfume de una ilusión suprema
sobre tu descanso de esposa abandonada.
Y entonces, con orgullo, marcarás un poema...
y guardarás mi libro debajo de tu almohada".

Canción del Amor Lejano

"Ella no fue, entre otras, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.

Acaso fue porque la amé de lejos,
como a una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.

Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como luz en el espejo roto.

Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo.
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella".

Poema de la Despedida

"Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisite... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti".

Poema del Renunciamiento

"Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y, al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte... y jamás lo sabrás".

Canciones

"La dulzura del alba nace de tu sonrisa,
y cuando alzas los ojos se encienden las estrellas.
Es un milagro simple que ilumina mi ensueño;
simple como una rama que florece en tu huerta.

Solo sé que sonríes y se detiene el tiempo,
y vuelan mariposas entre las hojas secas.

No sé más: El milagro se cumple noche a noche,
pues cuando alzas los ojos se encienden las estrellas.

Al final de mi sueño siempre encuentro tus ojos.
Por eso escucho a veces lo que calla tu boca.
Vas naciendo desnuda del fondo de mi sangre,
y me crecen las manos de esperarte en la sombra.

Déjame así, esperando, sin saber lo que espero,
con la sed indecible que me dejó tu boca.
Pues hoy, mientras morían las últimas estrellas,
al mirarte los ojos, supe que tú eras otra".

La Piedra

" Aquella tosca piedra, como un rostro deforme,
se alzaba junto a un río y a la sombra de un árbol.
Humilde, pero altiva, con su oscuro silencio,
erguía entre las hierbas su redondez de cráneo.

Las lluvias del otoño la vieron impasible;
impasible la vieron los soles de verano.
Y allí estaba la piedra con su quietud inútil.
Y las flores se abrían y cantaban los pájaros.

El árbol murmuraba: 'Yo florezco y doy sombra,
y alzo al sol mis ramajes como si fueran manos'.
El pájaro decía: 'Yo voy hacia la aurora,
y tengo el don supremo de la vida, pues canto'.
Y el río: 'Mi agua clara purifica la tierra;
soy la virtud fecunda y el próvido entusiasmo'.

Pero la tosca piedra callaba tércamente,
bajo la melancólica palidez de los astros.

El corazón del tiempo palpitaba en la sombra,
y entristeció en un siglo todo el bosque feliz.

Los pájaros callaron y se secó aquel río,
y envejeció aquel árbol de profunda raíz.

Y se abrieron entonces los ojos del silencio;
y pasaron mil años, y después otros mil.

El árbol, poco a poco, se conviertió en ceniza,
y el cauce fue estrechándose como una cicatriz.

El bosque se hizo un páramo, y el páramo un desierto.
Pero la piedra estaba allí".

domingo, 19 de junio de 2011

La Lámpara (fragmento)

"Era una humilde lámpara de aceite, pero ardía,
con un fulgor tranquilo y una ambición serena".

Canciones

"Por no seguir pensando por qué estarán tan altas las estrellas,
voy a contarme un cuento.
Voy a contarme un cuento con los ojos cerrados,
para olvidar un poco los caminos del tiempo.

Pero mi voz se aleja persiguiendo una mariposa,
y no encuentro la llave que abre la puerta del silencio.

Y, sin embargo, el árbol lleno de espuma verde
echa a viajar su música en el viento,
y en cada brusca esquina de la noche
tiembla de frío un sueño...

Y yo no encuentro la palabra
con que principia el cuento,
mientras a cada instante veo más altas las estrellas,
y siento en carne viva los latidos del tiempo".

Nocturnos (fragmentos)

"Ah, noche, noche! Aquel sabor profundo,
y aquel perfume tuyo, mío, nuestro...
Y aquel silencio tibio de tus manos,
y aquella sombra suave, suave, suave...

Aunque estás a mi lado te espero todavía,
pues tus ojos de entonces ya no son los de ahora...
Te tengo entre mis brazos, pero sé que no has vuelto,
y mis besos se mueren de silencio en tu boca".

Cartas a un joven novelista: El estilo

"[...] busque y encuentre su estilo. Lea muchísimo, porque es imposible tener un lenguaje rico, desenvuelto, sin leer abundante y buena literatura, y trate, en la medida de sus fuerzas, ya que ello no es fácil, de no imitar los estilos de los novelistas que más admira y que le han enseñado a amar la literatura. Imítelos en todo lo demás: en su dedicación, en su disciplina, en sus manías, y haga suyas, si las siente lícitas, sus convicciones".

Mario Vargas Llosa

Piedra de Sol

‎"Para que pueda ser, he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia".

Octavio Paz

Mírame bien


"Tenemos que aprenderlo todo otra vez:
yo a quererte a ti y tú a quererme a mi también.
Volver por el camino que inventamos,
empezarlo todo como la primera vez.
No dar por hecho que esto ya esta todo bien,
la historia que escribimos se puede borrar también:
No olvidar que lo nuestro fue una fuerza,
como el rio que te lleva sin dejarte respirar.

No dejemos que la vida coma nuestra verdad,
esto que tenemos y que no tiene igual.
No olvidarnos que un día hablé a tu alma
que se abrió como una flor y me dijo también...

Mírame bien. Te necesito igual
en algo tan pequeño como ver el dia pasar.
Mírame bien, y dime si me ves
haciendo algo tan sencillo como ver el sol caer".

Julieta Venegas

Habla

"Háblame, seas quien seas, pero habla,
Háblame con besos, no con palabras,
Mata este hastío que causa la soledad,
La falta de pasión, la falta de humedad.

Háblame para volver a creer en el amor,
Pues llevo mucho tiempo en esta estación
esperando que llegues en el silbido del tren,
Usa esa magia tuya que sólo yo puedo ver,

Y háblame al oído, no me dejes ir a dormir,
Pues si estoy inconsciente no te puedo oír,
-dormir no es soñar, porque mi sueño eres tú-,
Ayúdame a no confundir el norte con el sur.

Háblame, mujer, no me importa tu nombre,
¿Cuánto puede vivir sin amor un hombre?
Dímelo tú, yo no puedo decirlo a decir verdad,
Pues cada segundo es casi una eternidad.

Háblame, mujer, di aunque sea una palabra,
Di algo, antes de que mi inútil pecho se abra,
y muera otra vez, de hambre y sin salvación,
Este accesorio ya tan muerto, llamado corazón".

Hugo Ochoa

Hasta ese día

"Creo que te había olvidado,
había olvidado lo bella que eres,
el canto de sirena que es tu voz,
el consuelo que das si lo quieres,
la nostalgia profunda de tu adiós,
el calor de tu cuerpo encantado.

Creo que ya no recordaba
la savia dulce, miel de tu abrazo,
el color magenta de tus versos,
el melodioso sonar de tus pasos,
tus ansias, tus ganas, tus besos
y cómo los extraño, adorada.

Creo que estabas ausente
de mis recuerdos todo este tiempo,
no es que no te extrañara, claro,
solo que no tengo valor ni quiero,
ser de tu imagen solo un esclavo,
para mí, eso no es suficiente.

Creo que hasta ese día
Eras solo parte de mi pasado,
instantes mágicos, de cuento,
y otros que quizás no tanto...
hasta ese día, al verte a mi lado
creía que el dolor no volvería".

Hugo Ochoa

Ámame hoy (fragmento)

"Dime si en verdad
somos solos o solo somos
un par de muertos,
un par de amantes que,
sin saber de nada,
se saben uno del otro
y aunque quieran,
no quieren sino amarse
quererse, odiarse
como dos locos perdidos
perdidos y olvidados".



Hugo Ochoa

Hazme

"Hazme una broma,
de esas pesadas que odias,
y dime por un instante
que no recuerdas mi mirada,
que las calles no son frías
cuando no usas mis abrigos,
que mi beso no fue nada
y no merezco tu amor.

Hazme un candado
que me impida moverme
y llegar allí junto a ti,
una llave Nelson doble
que nos inmovilice
a mí y a este corazón
que late y me ruega
acercarlo al tuyo.

Hazme una fotografía,
tómamela mientras duermo,
con mis ojos llorosos
y mi boca gritando tu nombre,
mi piel extrañándote,
con mi angustia por verte
pero viéndote porque
a diario te sueño.

Hazme lo que quieras,
pero hazme tuyo,
porque esta noche
aquí, conmigo,
no podrás escapar
de este destino
que nos unió".


Hugo Ochoa

Quiero

"Quiero despertar mañana
y que ya haya pasado mucho tiempo,
que el presente y tu lejanía se unan,
se amen con pasión certera,
y se vayan juntos de aquí,
se marchen y nunca vuelvan.

Quiero un poco de tus labios
en una dosis que no sea adictiva,
pues sé que si los tengo y se van,
despertaré sudoroso, dolorido,
tirado en el suelo, famélico,
cansado de tanto no tenerte.

Quiero que deje de doler tu ausencia
pero más quiero, mucho más que eso
quiero que deje de doler tu presencia,
que tenerte cerca me llene de alegría
de saberte mía y no saberte ajena,
quiero que me des un poquito de paz.

Quiero tener tu foto allí
en mi mesita de noche, donde tiene
un espacio reservado, junto a la lámpara,
quiero una foto amorosa contigo,
tomarla mientras miras mis ojos de amor
o mientras lees algún poema perdido.

Quiero que este dolor y el presente se unan,
se amen con pasión certera,
y se vayan juntos de aquí,
se marchen y nunca vuelvan.
y es que quiero, quiero tanto...
quiero tenerte... quiero...
quiero..
quiérote".


Hugo Ochoa

Eres como las nubes

"Puedo tratar de engañarme a mí mismo
y decirme que eres como el mar,
que vienes como oleaje y luego te vas,
y no eres herida de fuego amigo,
que no pides a cambio más de lo que das,
que no eres mi cárcel, mi castigo,
el fiscal en mi juicio y mi único testigo,
que sigues siendo mi otra mitad.

Puedo querer hacerme el inocente
y decir que eres tenue como brisa de lunes,
cuando sé que eres como las nubes,
tomas miles de hermosas formas diferentes,
y traes tormentas que todo destruyen,
cubres las luces del sol y nunca te arrepientes,
dices que ya te alejas, pero mientes,
quieres ver cómo tus estragos se difunden.

Puedo fingir ser ingenuo mientras olvido
tu figura que es tan inolvidable,
mientras olvido tu mente que es toda arte,
y a toda tú que eres un ser divino,
Mientras me convenzo de poder olvidarte,
pero olvidarte es olvidarme a mí mismo
y olvidar tu cuerpo es también olvidar el mío,
borrarte del mundo también es borrarme".

Hugo Ochoa

Hay amor

"Hay amor del de diario,
de unos cuantos que creen amar,
la gente común, los Pedros y las Carmelas,
que sudan las palmas,
que mojan los labios,
que destienden las camas a gritos,
fingiendo hacer eso que le llaman amor.

Hay amor del de para toda la vida,
el de los abuelos,
a quienes entierran juntos
en la misma caja, bajo la misma tierra,
que nacieron para amarse y murieron amándose.

Hay amor del de morir,
diferente al de para para toda la vida,
igual en principio, pero diferente,
porque cuando es del de morir,
uno muere porque ama,
en el otro, ama hasta morir...

Prefiero morir de amor porque
-y, ¿quién puede decir lo contrario?-
morir de amor no es morir,
sino vivir para siempre".

Hugo Ochoa