lunes, 31 de octubre de 2011

Y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte.

"Jesús decía también al que lo había invitado: 'Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, porque ellos también te invitarán a su vez y recibirás de ellos lo mismo que diste. Al contrario, cuando ofrezcas un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos, a los ciegos y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte. Pero tu recompensa la recibirás en la resurrección de los justos'."

Lucas 14, 12-14

jueves, 20 de octubre de 2011

Tres motivos para Orar

"Pocas palabras bastan entonces a la oración para contemplar nuestra condición humana y vivirla en Jesucristo que la salva. Entonces se obrará una última unificación, aquella por la cual la oración y la vida ya no serán dos cosas.

La presencia y la acción del Espíritu Santo se reconocen por tres criterios.

El primer criterio es afectivo: la paz interior y la alegría.

El segundo criterio es más intelectual; san Juan nos lo indica: 'El que confiesa que Jesucristo es el Hijo de Dios, permanece en él y él en Dios' (1 Juan 4, 15).

El tercer criterio es ético: 'El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él' (1 Juan 3, 23).

La paz, lo hemos dicho, es el sentimiento íntimo de vivir uno en el orden de Dios, y la alegría es la irradiación de la paz en el alma, en la sensibilidad y aun en el cuerpo.

Haciendo lo que se quiere, poseyendo lo que se desea, se encuentra quizá una satisfacción momentánea que aparta la atención del vacío permanente que la creatura es por sí misma; pero no se encuentra ni la paz ni la alegría. Por otra parte, el que vive según el orden de Dios no encuentra la paz ni la alegría; sino que ha sido encontrado por Aquel que es nuestra paz.

Por esto la paz y la alegría no son satisfacciones. Justamente sacian porque hacen vivir de una manera en la que cada vez hay menos necesidades por satisfacer. Quien vive en la paz y en la alegría es igualmente contrariado por los acontecimientos e igualmente mortificado en sus deseos que aquel que, sin paz ni alegría, logra hacer algunas veces lo que quiere, y obtener lo que le place. Éste depende de las cosas y de sí mismo; aquel depende de Dios, que no falla jamás.

Pero no se llega a todo esto sino por Dios. Y Dios viene a él, algunas veces en lo próspero y otras veces en la adversidad".

Del libro: "Orar con madurez".
Por: Edouard Pousset, et. al.

domingo, 9 de octubre de 2011

Enseñar a los niños.

"Les enseñamos (a los niños) que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos...Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón".

Que gane el mañana.

"Salud y que, en las sumas y restas, gane el mañana".

Del tamaño de tu enemigo

" 'Elige un enemigo grande y esto te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño', me dijo el Viejo Antonio una tarde de mayo y lluvia, en esa hora en que reinan el tabaco y la palabra".

Para ti y para mi.

"Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú".

Revolución.

"Disculpen las molestias, esto es una revolución".

Hermanos en el corazón.

"Hermanos y hermanas de otras razas, de otro color, pero con el mismo corazón".

Un mundo para muchos mundos.

"Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos".

La Libertad

"La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla".