miércoles, 29 de julio de 2009

De "Efectos Secundarios"

La verdad es que no importa si te has muerto una o dos veces o ninguna siempre estas empezando de nuevo,
en el fondo no hay nada que hacer, siempre tendrás 18 porque eres joven solo una vez, pero inmaduro para siempre,
no hay instrucciones para cumplir 30 pero si las hubiera serian estas:

Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tirala
Eres el que eres y después de todo no es tan malo como te imaginas un domingo de cruda
Tira el equipaje de sobra, el viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante y además jode la espalda
No sigas modas, en 10 años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso de todas maneras
Besa a tantos como puedas, deja que te rompan el corazón, enamórate date en la madre y vuelve a levantarte
Quizás hay un amor verdadero, quizás no, pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quien te lo quita
Come frutas y verduras, neta vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida
Equivócate, cambia, intenta, falla, reinvéntate, manda todo al ****** y empieza de nuevo cada vez que sea necesario
De veras no pasa nada, sobre todo si no haces nada, prueba otros sabores de helado, otras cervezas, otras pastas de dientes
Arranca el coche un día y no pares hasta que se acabe la gasolina
Empieza un grupo de rock, porque no, toma clases de baile, aprende italiano, invéntate otro nombre, usa una bicicleta, perdona, ******************, olvida, deja ir, decide quien es imprescindible, mientras mas grande eres, mas difícil es hacer amigos de verdad, y mas necesitas quien sepa quien eres, sin que tengas que explicárselo, esos son los amigos, cuídalos y mantenlos cerca,
Aprende que no vas a aprender nada
Pero no hay examen final en esta escuela, ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de ex alumnos, gracias a Dios
Felices 30 viejo
Bienvenido al resto de tu vida

martes, 14 de julio de 2009

"México, creo en Ti"

México, creo en ti como en el vértice de un juramento,
Tú hueles a tragedia tierra mía,
y sin embargo ríes demasiado,
acaso porque sabes que la risa,
es la envoltura de un dolor callado.
México, creo en ti sin que te represente en una forma,
porque te llevo dentro,
sin que sepa lo que tú eres en mí,
pero presiento que mucho te pareces a mi alma,
que sé que existe, pero no la veo.

México, creo en ti, en el vuelo sutil de tus canciones,
que nacen porque sí,
en la plegaria que yo aprendí para llamarte Patria,
algo que es mío en mí,
como tu sombra que se tiende con vida sobre el mapa.

México, creo en ti en forma tal que tienes de mi amada,
la promesa y el beso que son míos,
sin que sepa por qué se me entregaron,
no sé si por ser bueno o por ser malo,
o porque del perdón nazca el milagro.

México, creo en ti sin preocuparme el oro de tu entraña,
es bastante la vida de tu barro,
que refresca lo claro de las aguas,
en el jarro que llora por los poros,
la opresión de la carne de tu raza.

México, creo en ti porque creyendo te me vuelves ansia,
y castidad y celo y esperanza,
si yo conozco el cielo es por tu cielo,
si conozco el dolor es por tus lágrimas,
que están en mí aprendiendo a ser lloradas.

México, creo en ti, en tus cosechas de milagrería,
que sólo son deseo en las palabras,
te contagias de auroras que te cantan,
y todo el bosque se te vuelve carne,
y todo el hombre se te vuelve selva.

México, creo en ti, porque nací de tí,
como la flama es compendio del fuego y de la brasa,
porque me puse a meditar que existes,
en el sueño y materia que me forman,
y en el delirio de escalar montañas.

México creo en ti, porque escribes tu nombre con la X,
que algo tiene de cruz y de calvario,
porque el águila brava de tu escudo,
se divierte jugando a los volados,
con la vida y a veces con la muerte.

México, creo en ti, como creo en los clavos que te sangran,
en las espinas que hay en tu corona,
y en el mar que te aprieta la cintura,
para que tomes en la forma humana,
hechuras de sirena en las espumas.

México creo en ti, porque si no creyera que eras mío,
el propio corazón me lo gritara,
y te arrebataría con mis brazos,
a todo intento de volverte ajeno,
sintiendo que a mí mismo me salvaba.

México creo en ti, porque eres el alto de mi marcha,
y el punto de partida de mi impulso,
mi credo ¡PATRIA!, tiene que ser tuyo,
como la voz que salva,
y como el ancla.


Ricardo López Méndez.

viernes, 3 de julio de 2009

"¡No Hay Nada Mejor!"

(Fragmento).

Caminar el mundo es muy cansado,
pesan los pies, como si fueran de plomo,
aún más si se lleva en hombros al pasado,
cansino se vuelve el paso y sin arrojo,
como el andar de la yunta en el arado;
aún más si se sigue la vereda muy solo,
sin nadie que vaya fiel a nuestro lado,
sin nadie que sacie nuestros antojos,
sin nadie a quien amar y llamar "ser amado",
aunque no se corresponda, de todos modos,
¡No hay nada mejor que estar enamorado!
ilusionarse al ver un par de hermosos ojos,
soñar tocar los labios que nunca has besado,
dormir por las noches con deseos locos,
buscar las caricias de esas lejanas manos,
y despertar las mañanas a ver los despojos:
la cama fría y la soledad dormida a un lado...
Y aun así, grito otra vez esta frase sin odio:
¡No hay nada mejor que estar enamorado!

Hugo Ochoa.

"Espero Curarme de Ti"

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Jaime Sabines